jueves, 19 de junio de 2008

¿Competencia o Cooperación?

En muchas culturas organizacionales se perciben elementos de competencia ent
re las personas que no hacen otra cosa que fracturar al equipo.

Es preciso cuestionarnos a partir de qué paradigmas mentales y emociones nos aproximamos a las demás personas en el trabajo: ¿son para nosotros competidores o son para nosotros compañeros de equipo?

Si los consideramos como competidores, las actitudes que tendremos en lo cotidiano serán las de medirse, cuidarse, analizar comportamientos, actuar por conveniencia y con hipocresía, guardarse la información, buscar adelantarse al otro, marketing personal a expensas del equipo, actuar con envidias y recelos, invadir las funciones de otros compañeros para buscar destacar delante de los superiores.

En cambio si los consideramos como compañeros de equipo, las actitudes serán otras: se buscará escuchar y comprender las necesidades de los demás, se velará por satisfacer las mismas, se actuará de manera solidaria y comprometida, se verá la virtud antes que el defecto, sobre las virtudes se impulsará el trabajo y sobre los defectos, actuando con caridad y misericordia, se buscará complementar al otro y ayudarlo a desarrollarse cada vez más y se permitirá lo propio con uno. Cuando se tenga una iniciativa que es propia de las funciones del compañero, se la entregará a él y no se le buscará opacar para destacar con los superiores, porque son un equipo y de lo que se trata es que todos crezcan.

Es evidente que hay que desterrar el paradigma de la competencia en el mundo de las relaciones laborales, porque si bien puede lograr cambios en materia de eficacia y eficiencia en los trabajadores en el corto plazo, en el largo plazo no hará sino todo lo contrario producto de la falta de cohesión y compañerismo que esa táctica "motivacional" de la competencia traen consigo, además que a nadie le gusta trabajar como lobos en medio de lobos...